March 31, 2021
En la sociedad actual existen algunos mitos alrededor de las propiedades nutritivas del huevo que, por un motivo u otro, tomamos como ciertas de forma generalizada. De hecho, si hacemos una encuesta callejera espontánea, nos encontraremos con respuestas muy similares entre personas de diversas edades. Ni su económico precio, ni la diversidad de recetas que podemos preparar con este rico, noble y, ADEMÁS, sano alimento, terminan por desmentir ideas que ya es hora que tachemos de nuestras creencias. Vamos a ver de cuáles se tratan y de qué forma, no sólo podemos desmentirlas, sino que podemos revertirlas para dar a nuestra alimentación la dosis nutricional perfecta. 5 Creencias sobre el huevo que debes desmentir El huevo engorda. Esta es la creencia predominante, especialmente cuando hablamos de ciertas formas de prepararlo. En cualquier caso, y aunque los excesos por supuesto no son buenos, en la dosis justa el huevo no sólo no es perjudicial, sino que además es necesario para la vida. El huevo eleva los niveles de colesterol. Numerosos estudios ya han desmentido la idea de que consumir huevo potencia el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares debido a su colesterol (que no es nocivo), pues debes saber que no aumenta significativamente el colesterol en sangre. El huevo es indigesto. Como ocurre con cualquier otro alimento, el abuso de la ingesta de huevo puede ser malo, pero aquí depende de la tolerancia de la persona y la forma en que sea cocinado, pues por ejemplo el huevo duro es el más difícil de digerir, ya que las grasas concentradas en la yema están coaguladas. La grasa del huevo es mala. Las grasas del huevo no sólo no son nocivas para el cuerpo humano, sino que además son insaturadas, contienen vitaminas y antioxidantes que previenen múltiples enfermedades, y que son buenas para el cerebro y el corazón, así como para fabricar hormonas. El huevo tiene azúcar. Una última idea, y por peculiar que pueda resultar, es que de malo que se llega a pensar que es el huevo, hasta azúcar incluimos dentro de sus propiedades nutritivas. Lejos de esto, ten por seguro que el huevo NO tiene azúcar (una manzana sí, y contiene más calorías). Propiedades nutritivas y fabulosas que SÍ tiene el huevo Contiene proteínas y grasas de la mejor calidad (por ello SÍ es fácil de digerir y NO engorda por su naturaleza). Sus vitaminas son hiposolubles (olvídate de que te vas a morir de colesterol por tomar huevo en tus comidas). Tiene propiedades antioxidantes y luteína (que normalmente sólo encontramos en vegetales). Cómo exprimir las propiedades nutritivas del huevo Una de las tareas que más quebraderos de cabeza nos da a la hora de hacer la compra pensando en alimentarnos de forma sana, es saber elegir alimentos adecuados sin dejarnos una fortuna. Sin embargo, habiendo desmentido que tomar huevo en nuestros platos nos aleja de nuestro peso ideal, debes aprovechar el valor nutricional de este delicioso alimento que, además, es de los más económicos del supermercado. Importante: Que el huevo sea económico, no quiere decir que debas optar por cualquiera. Elige siempre aquellos que proceden de gallinas que vivieron en libertad. Tienen el triple de Omega 3 y muchísimas más vitaminas (además estarás contribuyendo en defensa de la especie). Una de las mejores maneras de sacar el máximo provecho al huevo y beneficiarte de todas sus propiedades nutritivas, es cocinarlo de tantas formas como te sea posible, como por ejemplo: Revuelto. Roto. Relleno. En tortilla. Cocido. Gratinado. Frito. En sopa. Estrellado. Escalfado. Al horno. A la plancha. Recomendaciones destacadas para consumir huevo Recuerda que el huevo contiene menos calorías que una manzana, y que en cambio sacia diez veces más, y que para su correcta indigesta hay que cocinarlo y tomarlo de la manera adecuada. Así que, no subestimes las propiedades nutritivas del huevo y: Tómalo en tus desayunos, pues no sólo no está reñido con mantener la línea, sino que además te ayudará a perder peso. Inclúyelo combinado en la alimentación de los niños para ayudarles a comer verduras. Si lo cocinas frito, evita cocinarlo mucho, pues suprimes buena parte de sus vitaminas (¡y nunca lo frías por delante!).