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4 Consejos de nutrición que debes seguir si estás embarazada

31 de marzo de 2021

Los primeros alimentos indirectos de tu bebé.

Si quieres que las habilidades motoras de tu bebé, su cerebro, su visión, y en general todo su organismo se desarrollen a la perfección, toma nota de los siguientes alimentos para el embarazo que se consideran saludables e imprescindibles.

Recomendaciones y alimentos saludables para el embarazo
¿Estás embarazada y quieres saber cómo alimentarte a ti y a tu bebé? Pues haz caso a tu nutricionista y, además, apunta las siguientes recomendaciones nutricionales. Ten en cuenta que aquí únicamente hablamos del periodo de embarazo, pues la lactancia es otra etapa posterior que conlleva otras consideraciones nutricionales.

1) El pescado azul
Seguramente te imaginarás que el pescado tenía que estar en tu dieta, ¿pero sabes por qué y cuáles deben ser sus características?

Básicamente, el más recomendado para las embarazadas es el pescado azul, que está lleno de Omega 3 y es importantísimo para el desarrollo de tu bebé, pues repercute sobre:

El índice de coeficiente intelectual: El 30% de las grasas del cerebro son grasas Omega 3.
La visión: El 80% de la retina es DHA, el último ácido graso del Omega 3.
El sistema motor: El Omega 3 también ayuda a la coordinación entre el sistema visual y el motor.
Importante: Debes optar por pescados pequeños como la sardina que, además de accesible, no contiene tanto mercurio como los pescados grandes.

2) Vegetales y fruta
Aunque estés cansada de oír hablar sobre la importancia de comer verduras, ¡no puedes olvidar que son fuente de vida!

Y es que las verduras y la fruta contienen antioxidantes (y otras muchas sustancias que ni siquiera conocemos) que son fundamentales para el desarrollo del feto.

La fruta, además, suprime las ansias por tomar azúcar y evita que tomes dulces industriales que no te hacen bien ni a tu glucosa sanguínea ni a la de tu bebé.

3) Grasas saludables
Olvida eso de que “las grasas engordan” y aprende a distinguir lo que son grasas ultra-procesadas (y malísimas para nuestra salud), de las que nos provee la naturaleza y son necesarias tanto para tu organismo como para el de tu bebé. Por ejemplo, durante el embarazo no dejes de lado:

El aguacate.
El huevo.
Los frutos secos.
Los mejores frutos secos para el embarazo son las nueces, pues contienen más Omega 3 y menos cantidad de otras grasas poco deseables que otros.

4) Café vs Té
Cuidado con las bebidas azucaradas (ya sabes, si el cuerpo te pide azúcar tira de fruta), y sobre todo con el café.

Si normalmente tomas café a diario, trata al menos de reducir a uno diario y no echarle demasiado azúcar.

Lo ideal aquí es que lo sustituyas por el té, que aunque también es estimulante no lo es tanto (y tu bebé y tú necesitáis tranquilidad).

En cualquier caso, consulta con tu nutricionista que tipo de té puedes tomar porque algunos están contraindicados, como por ejemplo el té verde.
31 de marzo de 2021
Si quieres que las habilidades motoras de tu bebé, su cerebro, su visión, y en general todo su organismo se desarrollen a la perfección, toma nota de los siguientes alimentos para el embarazo que se consideran saludables e imprescindibles. Recomendaciones y alimentos saludables para el embarazo ¿Estás embarazada y quieres saber cómo alimentarte a ti y a tu bebé? Pues haz caso a tu nutricionista y, además, apunta las siguientes recomendaciones nutricionales. Ten en cuenta que aquí únicamente hablamos del periodo de embarazo, pues la lactancia es otra etapa posterior que conlleva otras consideraciones nutricionales. 1) El pescado azul Seguramente te imaginarás que el pescado tenía que estar en tu dieta, ¿pero sabes por qué y cuáles deben ser sus características? Básicamente, el más recomendado para las embarazadas es el pescado azul, que está lleno de Omega 3 y es importantísimo para el desarrollo de tu bebé, pues repercute sobre: El índice de coeficiente intelectual: El 30% de las grasas del cerebro son grasas Omega 3. La visión: El 80% de la retina es DHA, el último ácido graso del Omega 3. El sistema motor: El Omega 3 también ayuda a la coordinación entre el sistema visual y el motor. Importante: Debes optar por pescados pequeños como la sardina que, además de accesible, no contiene tanto mercurio como los pescados grandes. 2) Vegetales y fruta Aunque estés cansada de oír hablar sobre la importancia de comer verduras, ¡no puedes olvidar que son fuente de vida! Y es que las verduras y la fruta contienen antioxidantes (y otras muchas sustancias que ni siquiera conocemos) que son fundamentales para el desarrollo del feto. La fruta, además, suprime las ansias por tomar azúcar y evita que tomes dulces industriales que no te hacen bien ni a tu glucosa sanguínea ni a la de tu bebé. 3) Grasas saludables Olvida eso de que “las grasas engordan” y aprende a distinguir lo que son grasas ultra-procesadas (y malísimas para nuestra salud), de las que nos provee la naturaleza y son necesarias tanto para tu organismo como para el de tu bebé. Por ejemplo, durante el embarazo no dejes de lado: El aguacate. El huevo. Los frutos secos. Los mejores frutos secos para el embarazo son las nueces, pues contienen más Omega 3 y menos cantidad de otras grasas poco deseables que otros. 4) Café vs Té Cuidado con las bebidas azucaradas (ya sabes, si el cuerpo te pide azúcar tira de fruta), y sobre todo con el café. Si normalmente tomas café a diario, trata al menos de reducir a uno diario y no echarle demasiado azúcar. Lo ideal aquí es que lo sustituyas por el té, que aunque también es estimulante no lo es tanto (y tu bebé y tú necesitáis tranquilidad). En cualquier caso, consulta con tu nutricionista que tipo de té puedes tomar porque algunos están contraindicados, como por ejemplo el té verde.
Por Axel Leon 31 de marzo de 2021
¿Miedo a la mantequilla?, ¿todavía crees que es mala para nuestra salud?, ¡¿pero no conoces la diferencia entre la mantequilla y la margarina?! Hace algunos años podrías haber escuchado que la margarina era lo más indicado para nuestra alimentación… ¿por qué?, ¿aún lo piensas? ¡Vamos a desmentirlo con unos nutri-consejos! Mantequilla vs Margarina Si junto a tus miedos y creencias alrededor de las propiedades nutritivas del huevo, se suma la idea de que las grasas de la mantequilla son malas o que la mejor opción para mantener la línea sin dejar de desayunar lo que te gusta es tomar margarina, deberías tomar nota: ¿Cómo distinguir entre una buena mantequilla de una mala margarina? La margarina es el resultado de un proceso químico e industrial que, a pesar de proceder de aceites vegetales (por lo que se puede pensar que es bueno para nuestro organismo), la convierten en un alimento compuesto por grasas ultra-procesadas para nada recomendables para nuestra salud. Por su parte, la mantequilla procede de la grasa natural de la leche. Y es que, las grasas no son malas para la salud siempre que sean naturales, y no ultra-procesadas. Lo único que debes de considerar es que la leche de esa mantequilla que te dispones a consumir a diario sea de la mejor calidad. Consejos para elegir la mejor mantequilla Aunque en el envase diga que cierta mantequilla está hecha con aceite de oliva, esto no es lo que debe importarte, pues si le das la vuelta para ver la etiqueta podrías encontrarte con que llevan aceite de canola, de palma y otros derivados muy poco saludables. Lo que realmente importa a la hora de escoger una buena mantequilla, son 2 aspectos: Que haya sido preparada con leche entera. Que la leche proceda de vacas alimentadas con pasto. Importante: No es necesario que escojas en el supermercado alimentos sin sal, a no ser que sufras de hipertensión. Ahora sabemos que comer sal no es “tan” malo. ¿Cómo prepara mantequilla casera? Pero si aún no te convencen las mantequillas de tu supermercado, y prefieres optar por tu propia producción artesanal, así de fácil es cómo puedes preparar una buena mantequilla desde la comodidad de tu casa: 1- Echas la crema de leche en un recipiente con las dimensiones necesarias para batir. 2- Montas la crema con la batidora hasta que vaya cogiendo consistencia. 3- Con mucha paciencia, mantienes este proceso hasta que se ponga amarillo. 4- Cuando se produzca la mantequilla y ésta se separe del suero, lo retiras y la dejas enfriar al punto de sal. ¿Cómo preparar mantequilla vegana? Es posible que estés pensando que, oye, tu eres una persona que no consume ningún alimento procedente de los animales, pues eres vegano. Pues para ti, también hay una receta muy sencilla para preparar mantequilla casera y saludable: Viertes aceite de oliva y aceite de coco en un recipiente. Lo calientas durante 1 minuto con sal para que el aceite de coco se haga líquido y lo puedas retirar. Lo mantienes en la nevera para que se enfríe y solidifique. ¡Y listo! Ya tenemos una fantástica mantequilla artesanal vegana que para nada tiene que envidiar a la mantequilla tradicional. ¿Probarás estas recetas en casa? Y, sobre todo, ¿perderás ya el miedo a la mantequilla?
31 de marzo de 2021
En la sociedad actual existen algunos mitos alrededor de las propiedades nutritivas del huevo que, por un motivo u otro, tomamos como ciertas de forma generalizada. De hecho, si hacemos una encuesta callejera espontánea, nos encontraremos con respuestas muy similares entre personas de diversas edades. Ni su económico precio, ni la diversidad de recetas que podemos preparar con este rico, noble y, ADEMÁS, sano alimento, terminan por desmentir ideas que ya es hora que tachemos de nuestras creencias. Vamos a ver de cuáles se tratan y de qué forma, no sólo podemos desmentirlas, sino que podemos revertirlas para dar a nuestra alimentación la dosis nutricional perfecta. 5 Creencias sobre el huevo que debes desmentir El huevo engorda. Esta es la creencia predominante, especialmente cuando hablamos de ciertas formas de prepararlo. En cualquier caso, y aunque los excesos por supuesto no son buenos, en la dosis justa el huevo no sólo no es perjudicial, sino que además es necesario para la vida. El huevo eleva los niveles de colesterol. Numerosos estudios ya han desmentido la idea de que consumir huevo potencia el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares debido a su colesterol (que no es nocivo), pues debes saber que no aumenta significativamente el colesterol en sangre. El huevo es indigesto. Como ocurre con cualquier otro alimento, el abuso de la ingesta de huevo puede ser malo, pero aquí depende de la tolerancia de la persona y la forma en que sea cocinado, pues por ejemplo el huevo duro es el más difícil de digerir, ya que las grasas concentradas en la yema están coaguladas. La grasa del huevo es mala. Las grasas del huevo no sólo no son nocivas para el cuerpo humano, sino que además son insaturadas, contienen vitaminas y antioxidantes que previenen múltiples enfermedades, y que son buenas para el cerebro y el corazón, así como para fabricar hormonas. El huevo tiene azúcar. Una última idea, y por peculiar que pueda resultar, es que de malo que se llega a pensar que es el huevo, hasta azúcar incluimos dentro de sus propiedades nutritivas. Lejos de esto, ten por seguro que el huevo NO tiene azúcar (una manzana sí, y contiene más calorías). Propiedades nutritivas y fabulosas que SÍ tiene el huevo Contiene proteínas y grasas de la mejor calidad (por ello SÍ es fácil de digerir y NO engorda por su naturaleza). Sus vitaminas son hiposolubles (olvídate de que te vas a morir de colesterol por tomar huevo en tus comidas). Tiene propiedades antioxidantes y luteína (que normalmente sólo encontramos en vegetales). Cómo exprimir las propiedades nutritivas del huevo Una de las tareas que más quebraderos de cabeza nos da a la hora de hacer la compra pensando en alimentarnos de forma sana, es saber elegir alimentos adecuados sin dejarnos una fortuna. Sin embargo, habiendo desmentido que tomar huevo en nuestros platos nos aleja de nuestro peso ideal, debes aprovechar el valor nutricional de este delicioso alimento que, además, es de los más económicos del supermercado. Importante: Que el huevo sea económico, no quiere decir que debas optar por cualquiera. Elige siempre aquellos que proceden de gallinas que vivieron en libertad. Tienen el triple de Omega 3 y muchísimas más vitaminas (además estarás contribuyendo en defensa de la especie). Una de las mejores maneras de sacar el máximo provecho al huevo y beneficiarte de todas sus propiedades nutritivas, es cocinarlo de tantas formas como te sea posible, como por ejemplo: Revuelto. Roto. Relleno. En tortilla. Cocido. Gratinado. Frito. En sopa. Estrellado. Escalfado. Al horno. A la plancha. Recomendaciones destacadas para consumir huevo Recuerda que el huevo contiene menos calorías que una manzana, y que en cambio sacia diez veces más, y que para su correcta indigesta hay que cocinarlo y tomarlo de la manera adecuada. Así que, no subestimes las propiedades nutritivas del huevo y: Tómalo en tus desayunos, pues no sólo no está reñido con mantener la línea, sino que además te ayudará a perder peso. Inclúyelo combinado en la alimentación de los niños para ayudarles a comer verduras. Si lo cocinas frito, evita cocinarlo mucho, pues suprimes buena parte de sus vitaminas (¡y nunca lo frías por delante!).
31 de marzo de 2021
Si estás interesado en leer este artículo, seguramente sea porque llevas tiempo haciendo cosas mal con tus hábitos de alimentación, y sientes que ha llegado el momento de cambiar. Lo primero que tienes que hacer es identificar cuáles son esos malos hábitos y definir hacia dónde quieres ir en el futuro. El camino hacia una alimentación saludable Para terminar con todos esos malos hábitos que sabes que no te están haciendo bien (ni a tu cuerpo ni a tu salud en general), vamos a ver los 6 pasos que te llevarán hacia el mantenimiento de una más alimentación saludable: 1) Establece unos objetivos Da igual que sea eso que quieras conseguir; perder peso, mejorar tu aspecto físico, gozar de una mejor salud, o tal vez se trate de mitigar esos horribles dolores de cabeza. Lo primero para iniciar un cambio sostenible, es establecer unos objetivos fijos (a la vez que realistas). Por tanto, ten una idea clara en tu cabeza de dónde estás y hacia dónde quieres ir, para poder trazar el camino a seguir (de forma similar a como lo haría un navegador GPS). 2) Come de lo bueno x2 y reduce lo malo a la 1/2 Este segundo paso tiene su origen en muchos proverbios orientales que sostienen la clara idea de; “lo malo que venías comiendo has de reducirlo a la mitad, y lo de lo bueno has de comer el doble”. Así que identifica eso que has de empezar a sacar de tus hábitos alimenticios (seguro que sabes de qué se trata), e incluye todo eso que sabes que sí se puede considerar dentro de una alimentación saludable. ¿Cómo qué? Pues por ejemplo, esos alimentos con grasas saludables que te quiten las ansias por tomar azúcar de productos ultra-procesados. 3) Manténte en línea recta (sin salirte de la ruta) Una vez hayas empezado con el proceso de cambio en tu alimentación, tienes que seguir luchando por tu objetivo. Lo estás haciendo por ti, tu cuerpo, tu objetivo, así que olvida las excusas del tipo “es que el finde semana tengo un evento o tengo una amiga que es una mala influencia” (ninguno de ellos pagará con su salud las consecuencias de tu mala alimentación). 4) Entiende el cambio como un estilo de vida (no como periodo) Busca la forma de que tus nuevos hábitos alimenticios se adapten a tu vida al 100%, ya que se trata de cambiar de forma mantenida, y no durante un periodo. Has de encontrar un equilibrio sin fijarte en el sistema de nadie, pues lo que les funcionó a otros para mantener la línea puede no funcionarte a ti. Por otro lado, si te mientes a ti mismo y, por ejemplo, dejas de comer azúcar sólo durante un periodo determinado de tiempo, después volverás a comer azúcar. Y es que si has tenido problemas con el azúcar, tienes que dejarla para siempre y sustituirla por otros placeres menos dañinos para tu organismo. 5) No te rindas y sigue hasta el final Esta parte es la que más trabajo suele costarnos, pues la falta de motivación o fuerza de voluntad a veces lleva a conformarnos con objetivos menos ambiciosos al que nos propusimos inicialmente. ¡No caigas nunca en la tentación de abandonar a mitad de camino! Si dejas de empujar el carro a mitad de la cuesta, ese carro caerá de nuevo incluyo más abajo que antes. 6) Buscar ayuda Si ya has intentado modificar tus malos hábitos nutricionales pero te falta motivación o no sabes que comer, busca a un especialista en nutrición que te lleve un seguimiento semanal que te asegure que esa motivación la vas a poder mantener en el tiempo. Que si te caes te ayudará a levantarte. Y si no encuentras ninguno, ponte en contacto conmigo o con mi equipo, que seguro que podemos ayudarte 😉
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